La ley 26.150 de Educación Sexual Integral plantea ver la sexualidad de forma integral, como una dimensión importante de las personas que abarca tanto aspectos biológicos, como psicológicos, sociales, afectivos y éticos.
Esto marca un cambio con visiones más antiguas sobre la sexualidad que la relacionaban exclusivamente a aspectos genitales y/o relaciones sexuales (solo biología). A partir de la ley, se empieza a entender la sexualidad como un proceso más amplio más allá de la biología ya que abarca también:
- Las formas de percibirnos.
- La forma de relacionarnos con nosotras/os mismas/os y con otras personas;
- La posibilidad de reconocer nuestras emociones y sentimientos;
- La forma en que entendemos y tratamos las diferencias;
- Cómo construimos nuestros gustos, intereses, actividades y nuestros proyectos de vida;
- Los derechos que tenemos todas personas,
- Las emociones, entre otras.
Para dar cumplimiento a la Ley de ESI, se creó una comisión de especialistas para elaborar el documento Lineamientos curriculares para la Educación Sexual Integral, donde se detalla el piso básico y obligatorio de contenidos a implementar.
Así, se establecieron 5 ejes que son necesarios considerar de manera integral para trabajar la ESI:
- Cuidar el cuerpo y la salud: reconocer que el cuerpo sexuado y la salud no abarcan sólo la dimensión biológica/médica para propiciar el (auto) cuidado del cuerpo y la promoción de la salud propia y de las otras personas.
- Valorar la afectividad: reconocer y poder expresar las emociones y sentimientos que experimentamos e influyen en el encuentro o desencuentro con los/as otros/as que interactuamos cotidianamente, rechazando toda manifestación coercitiva del afecto, y al abuso y violencia de género y sexual.
- Garantizar la equidad de género: Incorporar el concepto de igualdad de género para abordar las desigualdades que existen en las relaciones de poder que generan jerarquías entre las distintas identidades de género y hacer realidad la igualdad de todas las personas independientemente de su género.
- Respetar la diversidad: entender que vivimos en una sociedad plural y poner en valor la diversidad para rechazar la violencia y la estigmatización por cuestiones de orientación sexual e identidad de género, etnia, clase, nacionalidad, peso, altura, etc.
- Ejercer nuestros derechos: fomentar el conocimiento y reconocimiento de todas las personas como sujetos de derecho para intervenir por la defensa y el ejercicio de los derechos.